PARVOVIROSIS
La parvovirosis es una enfermedad vírica muy contagiosa y que afecta principalmente a los cachorros. La enfermedad desencadena una gastroenteritis hemorrágica muy grave, con destrucción del epitelio de revestimiento del intestino y exposición de los vasos sanguíneos que hay bajo éste. Esto hace que las bacterias que habitan de manera habitual en la luz intestinal pasen a los vasos sanguíneos y provoquen una infección generalizada (septicemia), que cursa con decaimiento y fiebre. Por otro lado, la gastroenteritis se manifiesta con los síntomas habituales como son: vómitos, diarreas (en este caso sanguinolentas), dolor abdominal, deshidratación…
Los perros de cualquier edad y raza son susceptibles de padecer la enfermedad; aunque existen evidencias de que los animales más sensibles son los cachorros desde las 6 semanas a los 6 meses de vida. Se postula que los animales de raza pura son más susceptibles, y en concreto, Rotweiler, Doberman, Pinscher y Pastor Alemán; pero no esta claro si esta relación se debe al hecho de que los animales de raza suelen provenir de criaderos, tiendas, etc., donde la prevalencia y difusión de estas enfermedades es muy alta. Los porcentajes de mortalidad varían entre cachorros (70%) y adultos (1% o menos).
El diagnóstico se realiza normalmente en las clínicas veterinarias mediante la realización de un test con una pequeña muestra de heces, aunque en el laboratorio también nos pueden confirmar la presencia del virus.
La transmisión del virus es oro-fecal, es decir, el virus habita en las células intestinales y sale con las heces contagiándose el resto de animales por la ingestión del virus (el virus sobrevive en el suelo o el agua entre otras superficies, no tienen porque encontrarse las heces todavía en el sitio donde queda el virus) y la eliminación del virus se produce antes de dar síntomas, mientras se produce la sintomatología y tras la sintomatología, en caso de que el perro supere la enfermedad puede eliminar el virus durante semanas o meses.
No existe un tratamiento directo sobre el virus, es el propio animal el que con sus defensas y capacidad de regeneración debe superar la infección del virus, por lo que lo único que podemos hacer es tratar las complicaciones que se asocian a la acción del virus, es decir, para la deshidratación provocada por las diarreas y vómitos colocamos suero, para los vómitos ponemos antieméticos, las diarreas damos probióticos y para prevenir las infecciones causadas por las bacteria se ponen antibióticos, por ejemplo, aunque las complicaciones pueden ser muchas otras.
Como hemos comentado, no existe un tratamiento directo para el virus,lo único que se puede realizar es una correcta prevención a base de vacunas, las cuales, como norma general, son las primeras que se ponen a un cachorro. Aunque la enfermedad afecta principalmente a cachorros es importante poner recordatorios vacunales a los animales adultos, ya que aunque no presentan síntomas de la enfermedad pueden transmitir el virus.
Información recogida de Blog C.V.Torreblanca.
Auxiliar Técnico Veterinario Cristina López Algaba