jueves, 24 de julio de 2014

SÍNDROME DE WOBBLER

SÍNDROME DE WOBBLER


El deslizamiento o la malformación de los discos intervertebrales puede comprimir la médula espinal, así como la raíz de los nervios. Esto hace que el animal manifieste signos neurológicos y dolor en el cuello. El término wobbler (movimiento inestable, vacilante) hace referencia a la particular manera de andar del perro con esta patología, que se tambalea y es como si tuviera las patas flojas.
Por lo general suelen aparecer en animales mayores de tres años y en algunas razas existen predisposición a padecerla.
Entre ellas podemos citar: Doberman, Pincher, Rottweiler, Gran Danés e Irish Wolfhound. En estas razas grandes de cuello largos y gran cabeza se suele producir tensiones cervicales con más frecuencia que en otras razas.

-Signos.
Uno de los signos más característicos de esta enfermedad es que el animal tiene una marcha descoordinada, vacilante e incluso puede que sea incapaz de andar, que tenga una parálisis parcial o total. También puede haber una alteración en los reflejos de las extremidades tanto delanteras como traseras. El cuello suele estar rígido y al tocarlo el animal muestra signos de dolor. Respecto a la musculatura, en algunos casos los animales tienen reducida cerca de los hombros. También tienen dificultades para ponerse de pie cuando están tumbados.

-Causas.
El síndrome de wobbler se desarrolla debido a una malformación del canal vertebral que rodea a la médula espinal, o bien a que se produce un desplazamiento o hernia de los discos vertebrales. Cualquiera de estos dos problemas puede provocar compresión de la médula espinal típica en los animales con el síndrome de wobbler.
La malformación ósea suele afectar principalmente a las razas de gran tamaño como Gran Danés, Rottweiler, Weimaraner, Pastor Alemán, Irish Wolfhound o mastines.

-Diagnóstico.
Lo primero que hay que hacer es descartar la presencia de otra enfermedad, por lo que en la clínica veterinaria se llevarán acabo los análisis más habituales de sangre y orina. Igualmente, se debe averiguar en que momento empezaron aparecer los signos en el perro y cualquier incidente que pueda haber precedido esta condición, como traumas en la espalda o alguna enfermedad.
El diagnóstico por imagen servirá para confirmar el diagnóstico del síndrome de wobbler. Las radiografías simples permitirán descartar la existencia de alguna malformación ósea. Las radiografías simples permitirán descartar la existencia de alguna malformación ósea. Las radiografías con contraste (o mielografías), así como la tomografía computarizada y la resonancia magnética, se utilizan para comprobar la compresión de la médula espinal.

-Tratamiento.
El tratamiento dependerá de la localización de la compresión vertebral y de su intensidad, y será médico o quirúrgico. El tratamiento médico se aplicará en los animales más viejos con signos leves de la enfermedad y consistirá en reducir la inflamación de la médula espinal. Igualmente se deberá restringir la actividad del perro de forma estricta. tampoco se podrán poner collares o arneses alrededor del cuello. En el caso de que el animal no pueda caminar y deba estar tumbado, necesitará ayuda para cambiar de postura para evitar la aparición de llagas en su cuerpo.
En algunos perros se debe realizar cirugía. En estos casos, el animal deberá restringir su actividad durante dos o tres meses y también deberá realizar rehabilitación física paso fundamental para evitar la pérdida de masa muscular y la atrofia, así como para conseguir una recuperación más rápida.



Síndrome de Wobbler.
Consiste en una compresión de diferentes segmentos de la médula espinal y de las raíces de los nervios, lo que produce signos neurológicos y dolor en el cuello.













Auxiliar Técnico Veterinario Cristina López Algaba

ALERGIAS

ALERGIAS


Al igual que las personas, los perros y gatos pueden ser alérgicos a diferentes sustancias que hay en el ambiente en el que se encuentran.

Se puede decir que un perro o un gato es alérgico cuando muestra una sensibilidad excesiva hacia algunas sustancias con la que ha estado en contacto. Se pueden agrupar en tres principales tipos de alergias que afectan a las mascotas: alergia a la picadura de pulga, alergia alimentaria y dermatitis tópica.



Alergia a la picadura de la pulga.
La alergia a la picadura de la pulga suele ser el tipo más común de alergia. Se produce cuando estos parásitos infestan a la mascota y empiezan a alimentarse de su sangre. La saliva contiene sustancia hacia la que la mascota se encuentra excesivamente sensible.

*Una sola picadura basta para provocar reacción.
*A veces las pulgas no se ven a simple vista, pero eso no quiere decir que no estén; los animales, al tener mucho prurito, se lamen con frecuencia y pueden eliminarlas.
*Para evitar la picadura de la pulga se requiere un tratamiento tanto en el animal afectado como en los animales que conviven con el y en el ambiente. El veterinario debe indicar el producto más adecuado.

Alergia alimentaria.
La alergia alimentaria esta causada por alguna sustancia presente en los alimentos que ingiere el animal y que actúa como un alergeno. Por lo general se trata de proteínas, aunque también las pueden provocar carbohidratos y, en menos medida, otras sustancias como los aditivos.
Los signos más comunes de la alergia a los alimentos son:

*Prurito en cara, pies, costados, patas y área anal.
*Problemas gastrointestinales como diarrea y vómitos.
*Dificultades al respirar.
Para diagnosticar de forma correcta este tipo de alergia hay que recurrir a una dieta de eliminación.

¿Que es una dieta de eliminación?
Se debe ofrecer a la mascota durante unos 8 - 10 días una dieta que contenga una proteína que no haya probado con anterioridad. Si mejora, se le da la dieta previa; si se pone peor, se le vuelve a dar la nueva dieta. Si mejora en poco tiempo, es posible que estemos ante una alergia alimentaria.

*Mientras este con la dieta, la mascota no debe comer alimentos diferentes al indicado (snacks, golosinas, suplementos dietéticos, etc.).
*En el caso de gatos que salgan al exterior, durante esta dieta, se debe utilizar su salida para que no ingiera fauna silvestre o basura.
*Si la dieta funciona es posible que el animal deje de rascarse y se encuentre mejor. Sin embargo, hay que continuar con ella hasta que el veterinario lo indique.




Dermatitis atópica.
La dermatitis atópica se puede definir como una predisposición hereditaria a desarrollar reacciones de hipersensibilidad a antígenos presentes en el medio ambiente. Los signos de esta alergia pueden ser cutáneos o respiratorios, y suelen aparecer entre los seis meses y los ocho años de edad. Suele ser difícil de determinar, por lo que el diagnóstico se obtiene por exclusión de la alergia a la picadura de pulgas y a la alimentaria siempre que se hayan descartado los parásitos eternos.

*Puede estar provocada por polen, ácaros del polvo, u otras sustancias, por lo que encontrar la que provoca la alergia puede ser bastante difícil.
*En muchos casos se realiza la detección de los alérgenos mediante un test sanguíneo.
*La mejor terapia consiste en utilizar una combinación de distintos tratamientos.
*El veterinario recomendará el uso de diferentes medicamentos, así como cremas y champús, para reducir los signos de atopia, pero hay que tener en cuenta que estos productos no la pueden curar y que es una enfermedad de por vida.

Problemas de piel.
La piel actúa como una barrera física entre los animales y su entorno es un reflejo de su estado de salud. el picos, la pérdida de pelo o las costras son señales de que algo esta afectando a la piel de las mascotas. Por este motivo es tan importante comprobar de forma regular la piel y el pelaje de la mascota. Una detección precoz de cualquier anomalía permitirá actuar con rapidez para evitar males mayores.

*Después de los paseos se debe revisar el cuerpo del animal, en especial los pies y las patas, para retirar cualquier espiga o parásito que se haya enganchado a su piel.
*Siempre que lo bañes debes secarlo perfectamente, sobre todo las zonas de la piel con pliegues.
*Hay que cepillar regularmente a la mascota para eliminar el pelo muerto y deshacer los nudos que se puedan producir. El tipo de pelo determinará la frecuencia del cepillado.
*Utiliza un champú específico para mascotas y olvida los jabones de personas. Si te lo a recomendado el veterinario respeta estrictamente sus recomendaciones.




Información recogida de folletos de Colegio de Veterinarios de Sevilla 
Auxiliares Técnicos Veterinarios Cristina López Algaba